Qué debo hacer ante una picadura de abeja

La llegada de la primavera ha hecho metamorfosear nuestro entorno, cambiando los cielos grises y nubosos por cielos cada vez más azules y despejados. Los árboles desnudos del invierno comienzan a vestirse estando cada vez más frondosos, al igual que los parques y jardines ya están llenos de flores coloridas. Precisamente estas flores y este paisaje es, en parte, gracias a las abejas, unas abejas que, si no tenemos cuidado, pueden dejarnos una picadura de abeja.
Estos pequeños insectos podemos encontrarlos volando a nuestro alrededor yendo en busca de polen para hacer miel y jalea real tan beneficiosas ambas para nuestra salud. La gran mayoría de veces no nos damos cuenta de su presencia, lo que provoca que si nos acercamos demasiado e invadimos su espacio traten de defenderse clavándonos el aguijón y dejándonos una picadura de abeja con el dolor y molestias que ello conlleva.
Una picadura de abeja es el último recurso para ellas
Las abejas por lo general no pican. Cuando clavan su aguijón mueren seguida, por ello, sólo lo hacen si se ven realmente amenazadas siendo un acto desesperado de defensa. Al clavarnos el aguijón inyectan veneno en nuestra piel provocando una hinchazón y enrojecimiento acompañado de un intenso dolor.
Si nos sucede esto durante esta primavera y verano, lo primero que debemos hacer es retirar el aguijón con unas pinzas. Podremos comprobar cómo va enrojeciéndose e inflamándose la piel y el dolor va en aumento. Posteriormente, limpiaremos y desinfectaremos la zona pudiendo aplicar After Bite para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
En caso de ser alérgicos a las abejas debemos acudir al médico urgentemente ya que tras una picadura de abeja el alérgico sufre una reacción inmediata y muy intensa pudiendo ocasionar problemas de salud graves.
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